sábado, 27 de febrero de 2016

Cuanto más mayor, más a gusto: La Clínica.

Hace casi treinta años que trabajo en mi consulta.
Cada día me gusta más mi trabajo.
Y dentro de mi trabajo, el trato con los pacientes.
Y dentro del trato con los pacientes, el charlar de todo con ellos.
Conocer sus vidas, sus problemas, sus enfermedades, sus penas y alegrías.

A esto se llama "el dentista de cabecera".
Es como el antiguo médico de cabecera, pero en la salud específica de la boca.

La satisfacción que te da que los pacientes se vayan contentos, no se paga con dinero.
Es una satisfacción íntima y personal que te hace dormir de un tirón, y con la conciencia muy tranquila.

No sé si los mercaderes del diente, las franquicias, los no dentistas que crean supermercados del diente como si fueran cadenas de fruterías de chinos, podrán dormir igual.

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